Tengo el sabor de tu semilla
Recorriendo mi garganta

Quema la energía tántrica de tu fuego
En los dolores adquiridos en el pasado

Tengo la piel temblando
Ante el terremoto insurgente
Que aguarda mi silabario

Tengo un ropero de donde cuelgan mariposas
Tengo la saciedad
En el recuerdo de tus manos
Impregnándose de mi pelo
Pero quiero más…

Tengo la nada agarrada a mis brazos
La duda impuesta de lo impredecible
La bondad del silencio sin palabras

Tengo una fértil tierra
Donde tendré una casa…
… un fruto, un invierno, una crianza
Un sol de verano en el vientre

Tengo la saliva húmeda de besos
Un olor a mate, paisajes de campo y lluvia
Fogón pal invierno y tu entierro

Tengo la vida y la muerte en estos pasos
Al filo de la navaja las emociones
Y las maletas del viaje sin retorno

Tengo millones de palabras
Para derramar a tu consigna
Un siglo de silencio para cubrir tu partida.

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