Sin pasos
Ni huellas en el camino
La muerte es un ancla
Hacia el más hondo precipicio

En ella

A veces
El silencio
Se enmohece
En la espera
De algún acertijo

A ratos
Ella florece con sonrisa
Sin entender su parodia
En medio de mar y ola

La muerte
De vez en cuando
Me parece una rapsodia
Una melodía de hadas
Un aleteo de golondrinas

Ella es
Una culebra perdida
Un llanto acongojado
En medio del espanto
De la furia y el parto

La muerte es como
La letanía de los secretos
Es un tiempo sordo y mudo

Es un millón de hojas de árboles
En el misterio del otoño

De vez en cuando
Como Carraspera latente
La dulcinea
Brilla despacio en el infinito

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